La llegada el próximo miércoles de 'el tren amarillo' con Gabriel García Márquez como uno de los pasajeros a su natal Aracataca, en el norte de Colombia, marca el inicio del proyecto turístico la 'ruta de Macondo', el pueblo mítico en la obra del novelista. El viejo sueño de volver a unir por tren a Santa Marta y las localidades que llevan a Aracataca, la tierra del premio Nobel de Literatura de 1982, en un recorrido de menos de 70 kilómetros pretende convertir el tramo en un corredor turístico.
Se pretende recuperar todas las estaciones de la antigua ruta del tren: Bonda, Gaira, Pozos Colorados y la zona bananera a través de esas estaciones.
García Márquez, en 'Vivir para contarla', decía que en la ruta "cada río tenía su pueblo y su puente de hierro por donde el tren pasaba dando alaridos, y las muchachas que se bañaban en las aguas heladas saltaban como sábalos a su paso para turbar a los viajeros con sus tetas fugaces".
Cuenta el mismo García Márquez que en un viaje para vender la casa de Aracataca en los primeros años de la década de los 50 del siglo pasado, su madre dijo: "¡La estación! Cómo habrá cambiado el mundo que ya nadie espera el tren".
Ahora lo que se busca es que esa estación no esté solitaria y que la misma máquina despierte con su silbato la alegría y se impulse así 'La ruta de Macondo' para visitar la Casa-Museo y demás atractivos descritos por el autor de 'El otoño de Patriarca'.
Pedro Bonilla, de la Corporación Tayrona que pondrá en marcha el proyecto, ha dicho que "el tren amarillo de Macondo es una petición de toda la población y una deuda con todos los habitantes, que a lo largo y ancho del recorrido tienen un gran legado cultural".
El gobierno colombiano está remodelando la casa natal de García Márquez en Aracataca. Para ello ha dispuesto unos 530.000 dólares y confía en que el autor de 'Cien años de soledad' la inaugure en marzo del año entrante cuando cumpla los 81 años de vida.
Se pretende recuperar todas las estaciones de la antigua ruta del tren: Bonda, Gaira, Pozos Colorados y la zona bananera a través de esas estaciones.
García Márquez, en 'Vivir para contarla', decía que en la ruta "cada río tenía su pueblo y su puente de hierro por donde el tren pasaba dando alaridos, y las muchachas que se bañaban en las aguas heladas saltaban como sábalos a su paso para turbar a los viajeros con sus tetas fugaces".
Cuenta el mismo García Márquez que en un viaje para vender la casa de Aracataca en los primeros años de la década de los 50 del siglo pasado, su madre dijo: "¡La estación! Cómo habrá cambiado el mundo que ya nadie espera el tren".
Ahora lo que se busca es que esa estación no esté solitaria y que la misma máquina despierte con su silbato la alegría y se impulse así 'La ruta de Macondo' para visitar la Casa-Museo y demás atractivos descritos por el autor de 'El otoño de Patriarca'.
Pedro Bonilla, de la Corporación Tayrona que pondrá en marcha el proyecto, ha dicho que "el tren amarillo de Macondo es una petición de toda la población y una deuda con todos los habitantes, que a lo largo y ancho del recorrido tienen un gran legado cultural".
El gobierno colombiano está remodelando la casa natal de García Márquez en Aracataca. Para ello ha dispuesto unos 530.000 dólares y confía en que el autor de 'Cien años de soledad' la inaugure en marzo del año entrante cuando cumpla los 81 años de vida.
No comments:
Post a Comment