Tuesday, February 21, 2006

MÁS DE "BLANCO Y NEGRO"


“El día 1º de enero de 2003, Fulano de Tal se levantará de su lecho. Un aparato le administrará una magnífica ducha, y no de agua vulgar infecta, llena de microbios y nada rica en oxígeno, sino de aire líquido, convenientemente esterilizado y saturado de brisas campestres, de olores a tomillo y a mejorana, que desperecen, refresquen y comuniquen nueva alegría y fresco bienestar al interesado. Y tampoco será una simple ducha exterior como las que ahora nos damos, sino que, por medio de complicadísima red de tubos y enchufes, limpiará boca, dientes, narices, oídos y aparato digestivo, dejando al paciente tan lubricado por dentro y por fuera como un cañón modelo en un parque de artillería.
Como la limpieza del cuerpo engendra la alegría del alma, Fulano estará contento y satisfecho. Abrirá, pues, el balcón de su cuarto, que supondremos situado en la 123 avenida de la ciudad de Nueva York, y se dejará caer suave y graciosamente al suelo, merced a un paracaídas perfeccionado, que evitará el trabajo de bajar escaleras y el consiguiente desgaste muscular. Al llegar a la calle, Fulano encontrará en ella el bullicioso espectáculo habitual. Las aceras movibles instaladas a derecha e izquierda trasladarán de un punto a otro miles y miles de personas, que de pie o sentadas en el suelo se distraerán, esperando, como el borracho del cuento, que llegue la casa a donde van, y leyendo revistas o libros, conversando de negocios o jugando al ping–pong y al salta en mesitas que alquilarán los golfos del siglo XXI. Fulano será hombre pudiente y podrá permitirse el lujo de andar a pie por el centro de la calle, bajo la sombra de los árboles, pagando para ello su cumquibus, supuesto que el andar a pie y despacio será entonces una diversión carísima, sólo asequible a los potentados, quienes habrán de indemizar en buena moneda a la sociedad el perjuicio que le causen a eludir la general ley del trabajo y al escurrir el hombro en el concierto del universal ajetreo.
Una vez en paseo, Fulano sentirá curiosidad de saber cuanto pasa en el mundo, y para cumplir su deseo se dirigirá a cualquiera de los puestos de periódicos situados a lo largo de las calles y paseos, es decir, que se colocará ante una elegante columna de hierro forjado, algo parecida a las actuales básculas automáticas, y depositando un penique en la rendija, si quiere enterarse de la discusión verificada el día anterior en tal o cual academia, liceo o reñidero político, al punto verá desarrollarse ante sus ojos toda la escena en la tira de un cinematógrafo polícromo, mientras un fonógrafo perfecto y que no sonará a voz cascada de castañera vieja, como los de ahora, repetirá los discursos de los oradores, los rumores, los aplausos y hasta el ruido de las bofetadas y de los puntapiés, cuando los haya; si quiere saber de la obra estrenada en la noche precedente, el mismo cinematógrafo periodístico reproducirá todas las escenas, y el mismo fonógrafo todas las palabras de los actores, o los gorgoritos de las tiples; y si a más de ver la pieza aspira a formar una opinión sensata sin molestarse en discurrir, por un penique más verá reproducidos los gestos y las palabras de los señores que compongan a la sazón el trust de la crítica teatral.
Saciada su momentánea curiosidad en poco tiempo, Fulano sentirá ganas de almorzar y acto continuo se dirigirá a la botica o laboratorio alimenticio más acreditado de Nueva York. Allí, por unos cuantos perros grandes, le suministrarán cinco píldoras de sustancia químicamente pura asimilable en su totalidad, equivalentes a un consommé; un plato de huevos, otro de carne, otro de pescado y otro de legumbres, con los cuales quedará nutrido para unas cuantas horas, sin miedo a complicaciones gástricas ni intestinales. Pero como ya hemos dicho que Fulano es hombre rico, y la alimentación química, si bien habrá resuelto para entonces la parte más ardua y terrible del problema social, no tendrá nada de sibarítica, Fulano se irá con sus píldoras a uno de los más delicados restaurants platónicos, y mientras deglute la píldora correspondiente al caldo, un camarero le pondrá ante ojos y narices una taza de auténtico, dorado y humeante caldo, y se la llevará intacta cuando con vista y olfato haya el cliente apurado el goce más intenso y espiritual de la gastronomía; lo mismo ocurrirá con los demás platos. Y aun cuando entonces las sociedades de templanza formarán parte de la máquina gubernamental del mundo, y el alcohol y sus preparados figurarán en la lista de los venenos, a los ricos se les tolerará la nefanda corruptela de oler una copita de whisky o de coñac después de la comida; pero olerlo nada más, y eso teniendo en cuenta que la olfación de semajantes porquerías constituirá una intoxicación lenta, y el Estado tendrá verdadero interés en que fallezcan muchos ricos, porque, abolido ya el sistema de los patrimonios, no habrá más universal heredero que la sociedad, la cual se encargará de enterrar al muerto y de mantener y cuidar a los vivos. De tal manera, nadie tendrá en que se muera este o el otro señor sino un interés infinitesimal y a prorrata, quedando con esto suprimidos los tíos ricos y los sobrinos derrochadores tan usuales en comedias y caricaturas.” (Fragmento).

F. Navarro y Ledesma.

Tomado de Blanco y Negro, Madrid, año trece, número 609, 3 de enero de 1903.


En el texto se incluyen objetos de la época, como el fonógrafo, moneda de ese entonces e incluso, en el libro, se ilustra con un hombre con una hélice que lo ayuda a saltar del balcón, pero vestido con sombrero y flor en el ojal, monóculo, bastón.
Por otro lado, ¿qué pensamos ahora que pasará de aquí a cien años? Tal vez los países sean enteramente suburbios de casa abandonadas y fogatas en las calles, y las islas albergarán a los nietos de los actuales políticos, con un séquito de sirvientes –personal selectísimo, no cualquiera que se consiga en una agencia– y permanentemente vestidos con pijamas de seda, hablando de su última función privada de cine.

Friday, February 17, 2006

LA PERVERSIÓN DEL IDIOMA.


Del caso que en estos días está en boca de todos –y lo estará durante un buen tiempo, creo–, me referiré a la perversión que los personajes dan a las palabras utilizadas. ¿Qué tienen que hacer en boca de un gobernador –abogado– y de un empresario frases como “mi gober' precioso”, “papá”, “mi héroe”, además de un reducido catálogo de insultos usados más de una vez a lo largo de la conversación (¡qué pobreza de lenguaje!)? Y no son las palabras en sí, sino la intención impresa en ellas. Alguna ocasión, en tardes cuando la Matraca era un punto de reunión para beber osos, cervezas y escuchar al mejor maestro, Alejandro Meneses comentó que después de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, los escritores alemanes tuvieron que reinventar su propio idioma; palabras como “pureza”, “horno”, “ario”, “judío”, necesariamente, irremediablemente, remitían a los horrores vividos por judíos, gitanos, etc. Guardando distancias, éste es el mismo caso (ya no podremos pensar en Superman o los niños en su padre, como nuestro héroe, o en un longevo e impredecible personaje literario cuando se pronuncie “precioso”), y no es un hecho aislado, pues en general, los políticos hacen trizas el idioma desde que existen. Cuando abren su mentirosa boca, todo el mundo da un significado contrario a los discursos –ya saben: la solidaridad, el apoyo a los que menos tienen, servir al pueblo, los ingresos, bla bla, bla.
Pareciera que tanto el textilero como sus interlocutores se criaron en la bragueta de un cargador –pido perdón a los cargadores por emparentarlos con tan finas y selectas personalidades.
Y no es que ellos no hallan recibido la educación adecuada, pues tienen los medios para hacerlo. Por lo menos en el caso de Kamel Nacif pienso que es una manera de demostrar hasta dónde se extiende su poderío, es un signo de prepotencia –véanme como me dirijo a los miembros del gobierno, valgo más que esa periodista–. En el transcurso de esta semana el presidente de la Cámara de la Industria textil de Puebla y Tlaxcala, comentó que se podría pensar que la totalidad de los empresarios textiles son iguales, y que no es cierto. En este punto puedo externar mi opinión, basada en las experiencias que he tenido, en mi propia vida. Durante nueve años estuve laborando en empresas del ramo del acabado textil y constato que el presidente de la Cámara está equivocado. Los dueños, todos, son un conjunto de prepotencia y palabras soeces, hacen sentir su poder gritándole a las personas que, quieran reconocerlo o no, son quienes los ayudan al aumento de su riqueza: los obreros, personas de producción que en muchas ocasiones no gozan del seguro social, se les adeudan prestaciones como el fondo de ahorro para el retiro y el INFONAVIT, que trabajan con muy poca o nula protección personal, con productos químicos y tienen que meter mano en máquinas con rodillos, pinzas... Bueno. Lo también lamentable, además de la persecución a la escritora, es que un gobernador de supuesta extracción popular –ya no estoy tan convencida–, esté obedeciendo a intereses empresariales.
Por último, quiero informar que la muy célebre Comunidad del Anillo organizó un encuentro con carácter de urgente: una sesión espiritista con el objetivo de convocar a J.R.R. Tolkien. Frodo Bolson fue el convocante, pues escuchó que alguien que no es el Gollum estaba pronunciando “precioso”, para su gusto, con mucha insistencia. Armados de quija y ejemplares ilustrados de los libros del mencionado Tolkien, llegaron hasta Sudáfrica para tan memorable ocasión. Las pesadillas que habían tenido antes de reunirse se confirmaron: el escritor está furioso, se revuelve en su tumba. Después de tomarse las manos alrededor del primer libro de la trilogía, el autor habló por la boca de Gandalf el blanco y está pidiendo, exigiendo, que el Congreso poblano aplique un impuesto a la bancada priísta, que se reduzca en un quince por ciento el salario de Mario Marín por lo que resta del sexenio, que se graven con impuestos especiales las ganancias por la maquila de pantalones de mezclilla, un boteo, un teletón, lo que sea, para que se le paguen los derechos de autor, pues la palabra “precioso” es de uso exclusivo del Gollum, además de formar parte de su imagen y personalidad... ¿o acaso será que tendremos pronto un nuevo Gollum?

Thursday, February 09, 2006

HACE MÁS DE UN SIGLO


Revisando en un libro del año 1903, encontré esta poesía. Se trata de la revista semanal Blanco y negro, de Madrid, año trece, número 613, 1 de febrero de 1903, acompañada en el libro por los números publicados a lo largo del año. Y bueno, me parecieron interesantes las metáforas, en las que compara a una bailarina clásica, creo, por la descripción de su vestuario, con un ángel, un fantasma, una flor o remolino.

La bailarina

Aérea, gentil, vaporosa,
esparce al abrir sus gasas
perfumes enervadores
que la atmósfera embalsaman.
Desde el fondo de la escena
rápidamente adelanta
encorvándose o alzando
su figura soberana.
Tiene caprichos de ondina;
yérguese furiosa, salta;
ya es flor que gira, ya es rápido
remolino que arrebata;
ya es la mujer picaresca
que, rebosando de gracia,
lleva el compás de la música
con su cabeza gitana;
ya es el ángel que, moviendo
con suave rumor las alas,
al tomar impulso adquiere
vaguedades de fantasma,
y que en éxtasis divino
súbitamente se para,
envuelta en el rayo de oro
que la sigue mientras baila.
Destellos deslumbradores
la luz de su traje arranca,
y claridades de aurora
se reflejan en su cara;
es la figura sublime
que no envejece ni pasa,
es eterna; simboliza
la juventud y la gracia.

Leopoldo López de Sáa.

Monday, February 06, 2006

ALGO PARA QUE SU SANGRE SE HAGA PIEDRA


Encontré en una publicación mensual gratuita –Kombo, cultura y lugares. Enero 2006, No. 5– algunos datos sobre la tortura, usada, por ejemplo, para extraer una declaración del torturado, la que muchas ocasiones es falsa, provocada por el dolor físico.
Esta publicación hace un pequeño recuento de los instrumentos usados en esta práctica. Entre ellos, el “aplasta cabezas”

“La cabeza se ubica bajo el casquete superior y la barba en la base del instrumento, se gira lentamente el tornillo para comprimir el cráneo. Primero se destruyen los dientes, se rompen o astillan en la boca. Los ojos salen de sus órbitas y finalmente el cráneo se rompe. En las primeras etapas el torturador podía pisar o golpear el casquete provocando más dolor en la víctima”.

Fue utilizado por la inquisición, está considerado dentro del grupo de instrumentos causantes de muerte, pero después de dejar sentir al reo el tormento aplicado.

Sólo un comentario después de leer el artículo y admirar la fotografía: ¡¡Auch!!

Thursday, February 02, 2006

NO ESTOY DE ACUERDO.

Hoy quisiera expresar mi opinión acerca de la entrevista concedida por el poeta Alí Calderón al diario Intolerancia, publicada en la sección cultural del día lunes 30 de enero de este año.
En ella, expresa que “la generación anterior no es tan exitosa en los medios de legitimación de la literatura. La generación nueva, con poco trabajo, y esto por una cuestión de edad, han demostrado mucho más que los anteriores”, y que “la muerte de Meneses, tan sentida en el medio, es un símbolo de que esa vieja manera de entender, hacer y vivir la literatura “ya fue” y que está apareciendo una nueva manera de trabajar la literatura a través del rigor. Es un curioso símbolo producto de la sincronicidad que se construyó. Claro, lo digo con respeto y pena”.

“El poeta poblano Alí Calderón, ganador del Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde 2004, habló en entrevista para Intolerancia Diario sobre Imago Prima, el poemario publicado a finales del año pasado por la Universidad Autónoma de Zacatecas después de obtener el galardón; también sobre el proceso de transición que vive la literatura poblana, de la manera bohemia de hacer vivir y comprender la literatura por parte de algunos escritores de la generación anterior, hacia una nueva forma “más razonada”, de los jóvenes escritores con formación universitaria”. (Tomado de Intolerancia diario, sección cultural, pág. 22, del lunes 30 de enero de 2006).

Primero, sería muy elitista excluir a los que no tuvieron la suerte o los medios para ser universitarios. No todos los escritores jóvenes tienen esa formación. Dejando de lado a una servidora –técnico en química industrial, asistente a los talleres de cuento de Alejandro Meneses desde el 2002, con la inquietud de escribir–, hay escritores egresados de la universidad, sí, pero no de una carrera de letras o de una escuela privada. Por ejemplo Alejandro Badillo Cervantes, quien ha publicado en cinco ocasiones en la revista Crítica de la Universidad Autónoma de Puebla. Él es egresado de la carrera de Economía de la Universidad Autónoma de Puebla y de los talleres impartidos por Alejandro Meneses en la SOGEM–Puebla. En mi humilde opinión, es uno de los mejores escritores jóvenes, narrador que se ha hecho presente, además de en Crítica, en los suplementos culturales de periódicos como Intolerancia, Cambio y Síntesis, y en la antología “De párvulas bocas”.
Luego, sobre la vieja forma de vivir la literatura, “bohemia” o de una nueva forma “más razonada”, no creo que sea cuestión de generaciones. Es algo personal –con todo respeto, no veo que los integrantes de la generación de Alejandro Meneses estén muriendo también–. Alguien que tenga el gusto por escribir, o que se dedique a ello de tiempo completo, lo visualizará desde su punto de vista, ya sea bohemio, muy académico, abstemio, haciéndole caso más a los instintos que a los conocimientos que se puedan tener, sea de la generación que sea...
La muerte de Alejandro no es ningún símbolo, o una señal para el cambio de dirección de la literatura. Es un acontencimiento que nos tomó por sorpresa, que a quienes fuimos sus alumnos nos sigue doliendo y quisiéramos fuera ficción. Extrañamos al amigo, quien también, con el solo hecho de estar presente, en su departamento, en La Matraca, en quién sabe dónde, y hablo a título personal, daba una especie de seguridad al momento de estar estructurando un cuento.
Alejandro Meneses ES un excelente narrador. No siento que la fama o algún premio sean los indicadores de éxito, sino el ser constante, el vivir la literatura –vivir– y tener su propia manera de expresarse, de buscar dentro del alma, como Meneses lo hizo hasta el final.

Wednesday, February 01, 2006

DANÉS-DINAMARQUÉS.

Revisando el manual de zoología fantástica, cuyo prólogo ya he compartido, encontramos el gentilicio “dinamarqués”.

El kraken

El kraken es una especie escandinava del zaratán y del dragón de mar o culebra de mar de los árabes.
En 1752, el dinamarqués Eric Pontoppidan, obispo de Bergen, publicó una Historia Natural de Noruega, obra famosa por su hospitalidad o credulidad; en sus páginas se lee que el lomo del kraken tiene una milla y media de longitud y que sus brazos pueden abarcar el mayor navío. El lomo sobresale como una isla; Eric Pontoppidan llega a formular esta norma: “Las islas flotantes son siempre krakens”. Asimismo escribe que el kraken suele enturbiar las aguas del mar con una descarga de líquido; esta sentencia ha sugerido la conjetura que el kraken es una magnificación del pulpo.
Entre las piezas juveniles de Tennyson, hay unadedicada al kraken. Dice, literalmente, así:
Bajo los truenos de la superficie, en las honduras del mar abismal, el kraken duerme su antiguo, no invadido sueño sin sueños. Pálidos reflejos se agitan alrededor de su oscura forma; vastas esponjas de milenario crecimiento y altura se inflan sobre él, y en lo profundo de la luz enfermiza, pulpos innumerables y eormes baten con brazos gigantescos la verdosa inmovilidad, desde secretas celdas y grutas maravillosas. Yace ahí desde siglos, y yacerá, cebándose dormido de inmensos gusanos marinos hasta que el fuego del Juicio Final caliente el abismo. Entonces, para ser visto una sola vez por hombres y por ángeles, rugiendo surgirá y morirá en la superficie.

Me di a la tarea de buscar en el diccionario “dinamarqués” (el de la Enciclopedia Encarta 2003, el de la Ral Academia Española, decimonovena edición), y en ambos aparece como sinónimo de “danés”, no como una forma incorrecta. Aún le damos el beneficio de la duda a Borges, autor del citado manual. Mientras tanto, seguiremos informando.