Friday, September 30, 2005

NO TENGO TITULO.

Sigo abriendo este sitio, una vez, otra vez, vuelvo a cerrarlo. Incluso cambio la plantilla para regresar al mismo color beige. No hay ideas en mi cabeza, trato de buscarlas dentro de la pantalla y se me niegan, se esconden en rincones donde no se puede limpiar, se visten de negro y callan junto a una pared negra. Trato de asirlas, de escribir sobre cualquier tema: por qué escribimos, qué tanto influye en la crítica hacia una obra el gusto del lector (creo que es definitivo), qué ideas bullen en cada mente, en la mía...
Pido perdón, la falta de lo que podríamos llamar inspiración, lo que el viento susurra junto a nuestro oído desde el otro lado de la calle, está llevando mis dedos a un paseo por el teclado, a un saltar de letra en letra sin sentido, sin una intención definida, sin saber si estoy escribiendo o sólo aniquilando el reloj, ya sabemos que el tiempo escapa a cualquier atentado, que podemos perderlo, pero él no detiene su andar...
Hay tantos días así, el panorama se cierra, uno cree que no podrá hacerlo, que la Gran Catarata que marcaba el final del mundo en la Edad Media, está en la siguiente esquina, que abrir los ojos a un nuevo sol no sirve de nada y que la memoria del mundo nos tiene en el cajón de archivo muerto. Son espías a sueldo que nos esperan para seguirnos.
Ahora no tengo título para este mensaje, se inmiscuye casi de incógnito el tema, que no es una opinión, una crónica de teatro o del fanatismo, ni un motivo de risa.
Sólo estoy perdiendo el tiempo y, tal vez, haciéndolo perder.

Thursday, September 29, 2005

HOY SE CUMPLEN CINCO MESES.

Y todavía no encuentro qué hacer con la vida.

Monday, September 19, 2005

DOS DÉCADAS.

Hoy se recuerda el terremoto que sacudió la Ciudad de México en 1985.
En ese entonces tenía 10 años y vivía muy cerca del centro. La colonia Obrera. En mi rumbo no pasó gran cosa: no hubo edificios imitación pan de hojaldre, creo que ni muertos. Sólo recuerdo -para que se rían un poco- que me sorprendió en, ¡¡el baño!! Salí, entonces vivía con mi mamá en un departamento muy pequeño, de planta baja. En el pasillo, el movimiento me empujaba contra la pared. Yo, por supuesto, divertida -¡en serio! Nunca había visto algo así-, salí a la calle. Había mucha gente. Las casas se llenaron de cuarteaduras, las banquetas se desprendieron.
Lo que sí se me quedó grabado, cómo una vecindad a dos o tres casas de donde yo vivía, se iba desgajando: las manos del temblor arrancando la fachada a migajas.
Este mensaje, hoy, desea recordar tanto la muerte que se arrastró por las calles de la ciudad, como los brazos de tanta gente que ayudó a sacar cuerpos de los escombros, en muchos casos vivos.
La bandera a media hasta.

Saturday, September 03, 2005

¿JESUCRISTO SUPERESTRELLA, UNA BURLA?

Desde hace mucho he escuchado comentarios sobre si la película "Jesucristo Superestrella" representa una burla para Dios, para la iglesia.
No estoy de acuerdo. Y no porque sea una de mis favoritas -presenta lo mismo totalmente diferente-, porque la música sea de lo mejor y se vaya metiendo en el ánimo hasta que, sin darte cuenta, ya estás haciendo coros para la canción en turno, o porque las voces de Yvonne Elliman, Ted Neeley y Carl Anderson arrancan ocasionales lágrimas, no.
Creo que la razón de que no sea una burla, se presenta desde el inicio. El camión delante de lo que parece una pequeña tormenta de arena, el desierto: el escenario. Los actores que empiezan a bajar la escenografía los vestuarios, que se visten y peinan. Desde este punto de vista, la película no trata de Jesús, sino de un grupo de jóvenes que llegan a representar los últimos días de Jesús.
No es una burla, y la recomiendo para que todo mundo la vea. Excelente película, canciones, voces y bailes.

Friday, September 02, 2005

UNA DE LAS AUSENTES.

Hoy escuché en Radio BUAP un programa especial acerca de Alejandro Meneses, de sus textos, en el que se conjuntaron comentarios de varias personas que lo conocieron, de sus amigos, sus alumnos.
Desde aquí, quiero decir que haber sido alumna de Alejandro fue de lo mejor que me ha pasado. Sabía ser amigo, escuchaba nuestros problemas y nos daba consejos. Muy pronto se ganó el cariño de todos, incluso de los que llevaban poco tiempo de conocerlo, de ir a los talleres.
Él me enseñó todo lo que sé -lo poco que sé-, y siempre le estaré agradecida por haberme tenido paciencia, por ser mi amigo, lo reitero, y por estar allí, inspirando siempre a la escritura, a pensar, a buscar alternativas para una historia mal escrita en un principio.
Podría decir que él era -es- escritor de atmósferas, de sensaciones más que de anécdotas; pero eso ya se ha dicho, todos lo sabemos y por eso lo admiramos. Mejor digamos ¡salud! por Meneses, y que siga vivo siempre en las lecturas, en nuestras historias.
Te extraño, profe, Maestro, y siempre lo haré. No sabes cuánta falta me haces, cuánto extraño tus comentarios acerca de mis cuentos. Bueno, creo que sí lo sabes, pero no quieres decírmelo.

NOVENARIO

Para tener siempre presente la pérdida; para que al seguirla sufriendo, me acompañe.


DÍA UNO
Beso tu mano de
piedra blanca,
aristas doradas.
Brillantes.
Frías.
Con un dedo,
pruebo tu alma hecha de ceniza.

DÍA DOS
Te esperé por la noche.
Dormí
cuando el sol
comenzó a extender sus dedos sobre la tierra.
¿Por qué tardas tanto?

DÍA TRES
Calles.
La Catedral.
Una palabra en el papel.
No puedo olvidar tu ausencia.
La rosa blanca frente a tu rostro
se deshojó.
Dos letras: E y C.
¿Fueron tus dedos?

DÍA CUATRO
Ayer,
pinceladas transparentes.
Hoy,
el trabajo: la fábrica,
igualaciones, peróxido, teñido de algodón.
No hay palabras
–aun ellas son agujeros.

DÍA CINCO
Soñé;
soñé que te soñaba.
Tu nombre
entre palabras de un idioma muerto.
No te vi,
no te he visto.


DÍA SEIS
Reproche:
uso tu partida
para escribir,
¿me lees?
¿Puedes perdonarme?

DÍA SIETE
Muerte de un día,
cambio de nombre:
día de Venus,
día Estrella de la tarde,
cincuenta y dos espacios vacíos
en el calendario,
junto al sábado.

DÍA OCHO
Tu voz de silencios.
Oídos sin tímpano.
Piel hecha de aire.
Hablo.
No oigo, no toco.
Beso tu frente de piedra blanca.
Te dejo volar.

DÍA NUEVE
Pregunta
–a Dios:
¿por qué,
al liberar su cuerpo,
silenciaste mis latidos?

Thursday, September 01, 2005

UN FURIBUNDO CASO DE ENVIDIA.

La envidia puede llevarse a casos extremos.
Estoy hablando de la película "Amadeus", una de mis favoritas. La vi en televisión hace como quince años, o quizá más. Nunca la han vuelto a pasar, ¡en cambio repiten tanta cosa mala! Pero bueno. Hace poco tuve la oportunidad de comprarla en DVD, y no me canso de verla.
En ella, Salieri tiene la inquietud de ser músico, y lo logra a medias, pues trabaja en una corte donde el príncipe no sabe nada de música y lo cree bueno, lo adula. Entonces conoce a quien lo inspiró a seguir esa carrera desde niño: Mozart, quien, sin despeinarse, traduce la voz de Dios (según Salieri) , en tanto él sólo puede componer melodías que tienen como destino el olvido. La envidia lo lleva al crimen, a acosar a Mozart (¿alguien podría decirme por favor si era tan relajiento como lo muestra la película?), a empujarlo hasta la locura al usar un disfraz idéntico al de su padre muerto.
F. Murray Abraham fue acreedor al Oscar por mejor actor en esta película de 1984. En entrevista, el actor dice que llegó a audicionar para otro papel, pero que le pidieron ayudar a un actor que quería interpretar a Mozart. Lo hizo tan bien que se quedó con el protagónico. "Amadeus" es una prueba que se puede hacer una excelente película con un elenco no de súper estrellas -No recuerdo el nombre del actor que interpreta a Mozart; Constanza fue una actriz de teatro, era su primera película-, sino de excelentes actuaciones. Realizada en teatros que vieron la actuación de Mozart.
La frase, creo, central de esta película, es dicha por Salieri, dirigida a Dios: ¿por qué me diste la inquietud, para luego negarme el talento?