El cuento completo aparece en la Antología Mínima del Orgasmo, publicada por Ediciones Intempestivas y presentada el 11 de junio a las 8:00 de la noche en la Casa de la Cultura de Nuevo León.
En el principio (fragmento)
Judith Castañeda.
Antes sólo era apretar las piernas, tal vez cruzarlas, hacer bocetos tuyos cuando no estabas. Y se cumplía la resurrección de la carne. La marea acercándose en el suelo, rombos y trapecios donde antes había cuadrados. Subía sin giros ni ecos, apenas hormigueos de plumas que empezaban a destejerse, a batir alas puntiagudas. Un picor entre los muslos me despertaba. El asiento, la madera. Entonces paría brotes nuevos hacia adentro. Y me trenzaba. Era el último filamento, el pistilo.
Luego fue un "tú" sólido. La primera vez lo vi, las demás lo deduje. Por el camino. Las mismas vueltas, las mismas pausas. De repente un callejón sin explorar. Entonces perdía corporeidad: llama sin intermitencias, amarilla entre flores amarillas, asistente al calor, a su escenario de girasoles polvorientos.
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