Gracias a los cuentos y poemas por los que adquirió fama a Edgar Allan Poe, escritor estadounidense nacido en Boston en 1809 y muerto en 1849, siempre se le ha relacionado con la oscuridad. Las narraciones de su autoría son un gran aporte para la estructuración del cuento contemporáneo y la novela policiaca. De atmósferas opresivas, siempre imaginadas en tonalidades de gris y negro, llenas de gatos negros, por supuesto, con un punto luminoso en los ojos, lunas colocadas detrás de nubes y hombres con el cabello en desorden y la cabeza entre las manos –si la sueltan seguramente caerá–. Se le asocia al consumo excesivo del alcohol y, probablemente, al de las drogas. Siendo un famoso escritor, vivió en la miseria, muy cerca de las enfermedades y de la muerte: su esposa Virginia, sus padres. En la escuela, estas respuestas escritas en un examen significan el acierto.
A la distancia poco mayor de siglo y medio de su muerte, se han hecho diversas hipótesis acerca de las causas de la misma, con la finalidad de arrojar luz en circunstancias tan parecidas a las imperantes en sus relatos.
Se dice que lo encontraron casi sin vida con la ropa de alguien más, que tras ingerir una pequeña cantidad de alcohol adquiría el aspecto de una persona en estado total de embriaguez, que pudo padecer ataques epilépticos, que su muerte pudo ser la consecuencia de un envenenamiento por mercurio, monóxido de carbono o la carencia de una enzima metabolizante del alcohol.
Era época de elecciones en Baltimore. 1849.En esos tiempos –algo parecido a las prácticas políticas de hoy, ¡parece mentira!–, se secuestraba a personas para llevarlas a votar por determinado candidato, se les hacía beber hasta la embriaguez y se les cambiaba de ropa constantemente. Así podrían emitir su voto más de una vez. Si la persona ya no era capaz ni de trazar una equis sobre una línea, la abandonaban donde fuera. Esta hipótesis explicaría la ropa que llevaba Poe. ¿Y la muerte por envenenamiento alcohólico?
Su organismo pudo carecer de la enzima deshidrogenasa alcohólica. Alojada principalmente en el hígado, es la sustancia que se encarga de metabolizar el alcohol –la reacción es oxidación–, en acetaldehído, y posteriormente en ácido acético o etanóico, sustancia menos agresiva, presente en un 4% en el vinagre. De esta forma se descompone del 90 al 98% del alcohol presente en la sangre; el porcentaje restante se elimina por la orina, el sudor o las lágrimas.
En dado caso, e ignorando su condición, las personas que lo secuestraron para llevarlo a votar, lo embriagaron, causándole la muerte por envenenamiento, al no poder eliminar el alcohol.
Los personajes de Edgar Allan Poe siempre fueron de salud frágil, propensos a enfermedades, inmersos, más que rodeados, en atmósferas que les infieren terribles tormentos psicológicos. Un ejemplo es el cuento "El pozo y el péndulo", donde el personaje–narrador es encarcelado en una celda sin siquiera una partícula de luz; donde él, al principio, no aventura el movimiento más mínimo. Durante el tiempo que dura la oscuridad, sufre de constantes desmayos y sus movimientos son tambaleantes; todo ello a causa del desconocimiento del entorno.
Pero en este cuento, podría estar describiendo los síntomas de la epilepsia que, se aventura, pudo padecer. Esta situación lo llevó a un conocimiento preciso de síntomas como los movimientos espasmódicos de los músculos de la cara o un andar tambaleante, hasta la pérdida de consciencia, espasmos convulsivos de partes del cuerpo, explosiones emocionales, o periodos de confusión mental.
“... Y entonces se deslizó en mi imaginación, como una rica nota musical, la idea del reposo delicioso que nos espera en la tumba. La idea vino dulce y furtivamente, y me parece que me fue menester un largo tiempo para tener de ella una apreciación completa; pero en el momento mismo en que mi espíritu comenzaba al fin a comprender bien y a conservar esta idea, las figuras de los jueces se desvanecieron como por encanto; los grandes hachones se redujeron a la nada; sus llamas se extinguieron enteramente; lo negro de las tinieblas sobrevino; todas las sensaciones parecieron hundirse como en una inmersión loca y precipitada del alma en el Hades. Y el universo no fue más que noche, silencio, inmovilidad...
... A la larga, con una loca angustia de corazón, abrí vivamente los ojos. Mi horroroso pensamiento se encontraba confirmado. La negrura de la eterna noche me rodeaba. Hice un esfuerzo para respirar. Me parecía que la intensidad de las tinieblas me oprimía y me sofocaba...” (El pozo y el péndulo. Narraciones extraordinarias, EMU).
El Calomel es otra de las posibles causas de su muerte. Este medicamento, hecho a base de cloruro de mercurio, se recetaba contra el cólera. A principios de la década de los 30’s, y en 1849, cuando Poe vivía en Baltimore, hubo epidemias de cólera. La primera mató a más de 850 personas. El narrador, poeta y crítico, pudo haber sido recetado con dicho medicamento para prevenir una muerte por cólera. En dosis elevadas, el Calomel es causa de envenenamiento por mercurio. Sus síntomas: excitación, pérdida de la memoria, insuficiencia renal, sudoración, temblor, dificultad para hablar.
Algo a lo que también estuvo expuesto, es el monóxido de carbono (CO), respirado muy probablemente en Nueva York y Baltimore, en casas iluminadas por lámparas de gas.
Con la finalidad de apoyar cualquier hipótesis, se le practicaron estudios a cabellos tanto del escritor como de su esposa Virginia, pedidos para tal efecto en la casa–museo de Edgar Allan Poe.
Diluyendo los filamentos en ácido nítrico (HNO3), se obtuvo un plasma en el que se determinó la concentración de mercurio, plomo, uranio y monóxido de carbono en el organismo. Los resultados que arrojó dicho análisis, en los cabellos de él, fueron que las concentraciones de mercurio y plomo son altas –esta última tal vez gracias al agua que ingería–, pero no determinantes como para causarle la muerte; no se detectó la presencia de monóxido de carbono, lo que sí estuvo presente en los análisis de Virginia.
La muerte de este escritor bostoniano sigue, como en cada uno de sus cuentos, rodeada por una atmósfera tan densa, que no permite ningún paso en dirección a su esclarecimiento. Los análisis no pueden decirnos si murió a causa del secuestro durante las elecciones, o de una golpiza –otra de las hipótesis, que hace referencia a los hermanos de Mrs. Shelton, primera amiga de la adolescencia, ahora viuda, a quien propuso matrimonio en 1849.
A la distancia poco mayor de siglo y medio de su muerte, se han hecho diversas hipótesis acerca de las causas de la misma, con la finalidad de arrojar luz en circunstancias tan parecidas a las imperantes en sus relatos.
Se dice que lo encontraron casi sin vida con la ropa de alguien más, que tras ingerir una pequeña cantidad de alcohol adquiría el aspecto de una persona en estado total de embriaguez, que pudo padecer ataques epilépticos, que su muerte pudo ser la consecuencia de un envenenamiento por mercurio, monóxido de carbono o la carencia de una enzima metabolizante del alcohol.
Era época de elecciones en Baltimore. 1849.En esos tiempos –algo parecido a las prácticas políticas de hoy, ¡parece mentira!–, se secuestraba a personas para llevarlas a votar por determinado candidato, se les hacía beber hasta la embriaguez y se les cambiaba de ropa constantemente. Así podrían emitir su voto más de una vez. Si la persona ya no era capaz ni de trazar una equis sobre una línea, la abandonaban donde fuera. Esta hipótesis explicaría la ropa que llevaba Poe. ¿Y la muerte por envenenamiento alcohólico?
Su organismo pudo carecer de la enzima deshidrogenasa alcohólica. Alojada principalmente en el hígado, es la sustancia que se encarga de metabolizar el alcohol –la reacción es oxidación–, en acetaldehído, y posteriormente en ácido acético o etanóico, sustancia menos agresiva, presente en un 4% en el vinagre. De esta forma se descompone del 90 al 98% del alcohol presente en la sangre; el porcentaje restante se elimina por la orina, el sudor o las lágrimas.
En dado caso, e ignorando su condición, las personas que lo secuestraron para llevarlo a votar, lo embriagaron, causándole la muerte por envenenamiento, al no poder eliminar el alcohol.
Los personajes de Edgar Allan Poe siempre fueron de salud frágil, propensos a enfermedades, inmersos, más que rodeados, en atmósferas que les infieren terribles tormentos psicológicos. Un ejemplo es el cuento "El pozo y el péndulo", donde el personaje–narrador es encarcelado en una celda sin siquiera una partícula de luz; donde él, al principio, no aventura el movimiento más mínimo. Durante el tiempo que dura la oscuridad, sufre de constantes desmayos y sus movimientos son tambaleantes; todo ello a causa del desconocimiento del entorno.
Pero en este cuento, podría estar describiendo los síntomas de la epilepsia que, se aventura, pudo padecer. Esta situación lo llevó a un conocimiento preciso de síntomas como los movimientos espasmódicos de los músculos de la cara o un andar tambaleante, hasta la pérdida de consciencia, espasmos convulsivos de partes del cuerpo, explosiones emocionales, o periodos de confusión mental.
“... Y entonces se deslizó en mi imaginación, como una rica nota musical, la idea del reposo delicioso que nos espera en la tumba. La idea vino dulce y furtivamente, y me parece que me fue menester un largo tiempo para tener de ella una apreciación completa; pero en el momento mismo en que mi espíritu comenzaba al fin a comprender bien y a conservar esta idea, las figuras de los jueces se desvanecieron como por encanto; los grandes hachones se redujeron a la nada; sus llamas se extinguieron enteramente; lo negro de las tinieblas sobrevino; todas las sensaciones parecieron hundirse como en una inmersión loca y precipitada del alma en el Hades. Y el universo no fue más que noche, silencio, inmovilidad...
... A la larga, con una loca angustia de corazón, abrí vivamente los ojos. Mi horroroso pensamiento se encontraba confirmado. La negrura de la eterna noche me rodeaba. Hice un esfuerzo para respirar. Me parecía que la intensidad de las tinieblas me oprimía y me sofocaba...” (El pozo y el péndulo. Narraciones extraordinarias, EMU).
El Calomel es otra de las posibles causas de su muerte. Este medicamento, hecho a base de cloruro de mercurio, se recetaba contra el cólera. A principios de la década de los 30’s, y en 1849, cuando Poe vivía en Baltimore, hubo epidemias de cólera. La primera mató a más de 850 personas. El narrador, poeta y crítico, pudo haber sido recetado con dicho medicamento para prevenir una muerte por cólera. En dosis elevadas, el Calomel es causa de envenenamiento por mercurio. Sus síntomas: excitación, pérdida de la memoria, insuficiencia renal, sudoración, temblor, dificultad para hablar.
Algo a lo que también estuvo expuesto, es el monóxido de carbono (CO), respirado muy probablemente en Nueva York y Baltimore, en casas iluminadas por lámparas de gas.
Con la finalidad de apoyar cualquier hipótesis, se le practicaron estudios a cabellos tanto del escritor como de su esposa Virginia, pedidos para tal efecto en la casa–museo de Edgar Allan Poe.
Diluyendo los filamentos en ácido nítrico (HNO3), se obtuvo un plasma en el que se determinó la concentración de mercurio, plomo, uranio y monóxido de carbono en el organismo. Los resultados que arrojó dicho análisis, en los cabellos de él, fueron que las concentraciones de mercurio y plomo son altas –esta última tal vez gracias al agua que ingería–, pero no determinantes como para causarle la muerte; no se detectó la presencia de monóxido de carbono, lo que sí estuvo presente en los análisis de Virginia.
La muerte de este escritor bostoniano sigue, como en cada uno de sus cuentos, rodeada por una atmósfera tan densa, que no permite ningún paso en dirección a su esclarecimiento. Los análisis no pueden decirnos si murió a causa del secuestro durante las elecciones, o de una golpiza –otra de las hipótesis, que hace referencia a los hermanos de Mrs. Shelton, primera amiga de la adolescencia, ahora viuda, a quien propuso matrimonio en 1849.
Para redondear la atmósfera, se dice que año con año, en el aniversario de su nacimiento, un extraño llega a visitar su tumba y deja como presente tres rosas, media botella de cognac, su sombrero, y se retira no volviendo a aparecer hasta el siguiente 19 de enero.
2 comments:
Interesante lo del Borrachín de Poe, yo opino que era incontinencia al alcohol o sea la explicación de la enzima. Salud
Yo también, mi estimado. Nos vemos al ratillo. Salud.
P.D. Creo que no salí en Catedral... ¿qué pasa con ese poder de convencimiento?
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