Hoy quisiera expresar mi opinión acerca de la entrevista concedida por el poeta Alí Calderón al diario Intolerancia, publicada en la sección cultural del día lunes 30 de enero de este año.
En ella, expresa que “la generación anterior no es tan exitosa en los medios de legitimación de la literatura. La generación nueva, con poco trabajo, y esto por una cuestión de edad, han demostrado mucho más que los anteriores”, y que “la muerte de Meneses, tan sentida en el medio, es un símbolo de que esa vieja manera de entender, hacer y vivir la literatura “ya fue” y que está apareciendo una nueva manera de trabajar la literatura a través del rigor. Es un curioso símbolo producto de la sincronicidad que se construyó. Claro, lo digo con respeto y pena”.
“El poeta poblano Alí Calderón, ganador del Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde 2004, habló en entrevista para Intolerancia Diario sobre Imago Prima, el poemario publicado a finales del año pasado por la Universidad Autónoma de Zacatecas después de obtener el galardón; también sobre el proceso de transición que vive la literatura poblana, de la manera bohemia de hacer vivir y comprender la literatura por parte de algunos escritores de la generación anterior, hacia una nueva forma “más razonada”, de los jóvenes escritores con formación universitaria”. (Tomado de Intolerancia diario, sección cultural, pág. 22, del lunes 30 de enero de 2006).
Primero, sería muy elitista excluir a los que no tuvieron la suerte o los medios para ser universitarios. No todos los escritores jóvenes tienen esa formación. Dejando de lado a una servidora –técnico en química industrial, asistente a los talleres de cuento de Alejandro Meneses desde el 2002, con la inquietud de escribir–, hay escritores egresados de la universidad, sí, pero no de una carrera de letras o de una escuela privada. Por ejemplo Alejandro Badillo Cervantes, quien ha publicado en cinco ocasiones en la revista Crítica de la Universidad Autónoma de Puebla. Él es egresado de la carrera de Economía de la Universidad Autónoma de Puebla y de los talleres impartidos por Alejandro Meneses en la SOGEM–Puebla. En mi humilde opinión, es uno de los mejores escritores jóvenes, narrador que se ha hecho presente, además de en Crítica, en los suplementos culturales de periódicos como Intolerancia, Cambio y Síntesis, y en la antología “De párvulas bocas”.
Luego, sobre la vieja forma de vivir la literatura, “bohemia” o de una nueva forma “más razonada”, no creo que sea cuestión de generaciones. Es algo personal –con todo respeto, no veo que los integrantes de la generación de Alejandro Meneses estén muriendo también–. Alguien que tenga el gusto por escribir, o que se dedique a ello de tiempo completo, lo visualizará desde su punto de vista, ya sea bohemio, muy académico, abstemio, haciéndole caso más a los instintos que a los conocimientos que se puedan tener, sea de la generación que sea...
La muerte de Alejandro no es ningún símbolo, o una señal para el cambio de dirección de la literatura. Es un acontencimiento que nos tomó por sorpresa, que a quienes fuimos sus alumnos nos sigue doliendo y quisiéramos fuera ficción. Extrañamos al amigo, quien también, con el solo hecho de estar presente, en su departamento, en La Matraca, en quién sabe dónde, y hablo a título personal, daba una especie de seguridad al momento de estar estructurando un cuento.
Alejandro Meneses ES un excelente narrador. No siento que la fama o algún premio sean los indicadores de éxito, sino el ser constante, el vivir la literatura –vivir– y tener su propia manera de expresarse, de buscar dentro del alma, como Meneses lo hizo hasta el final.
En ella, expresa que “la generación anterior no es tan exitosa en los medios de legitimación de la literatura. La generación nueva, con poco trabajo, y esto por una cuestión de edad, han demostrado mucho más que los anteriores”, y que “la muerte de Meneses, tan sentida en el medio, es un símbolo de que esa vieja manera de entender, hacer y vivir la literatura “ya fue” y que está apareciendo una nueva manera de trabajar la literatura a través del rigor. Es un curioso símbolo producto de la sincronicidad que se construyó. Claro, lo digo con respeto y pena”.
“El poeta poblano Alí Calderón, ganador del Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde 2004, habló en entrevista para Intolerancia Diario sobre Imago Prima, el poemario publicado a finales del año pasado por la Universidad Autónoma de Zacatecas después de obtener el galardón; también sobre el proceso de transición que vive la literatura poblana, de la manera bohemia de hacer vivir y comprender la literatura por parte de algunos escritores de la generación anterior, hacia una nueva forma “más razonada”, de los jóvenes escritores con formación universitaria”. (Tomado de Intolerancia diario, sección cultural, pág. 22, del lunes 30 de enero de 2006).
Primero, sería muy elitista excluir a los que no tuvieron la suerte o los medios para ser universitarios. No todos los escritores jóvenes tienen esa formación. Dejando de lado a una servidora –técnico en química industrial, asistente a los talleres de cuento de Alejandro Meneses desde el 2002, con la inquietud de escribir–, hay escritores egresados de la universidad, sí, pero no de una carrera de letras o de una escuela privada. Por ejemplo Alejandro Badillo Cervantes, quien ha publicado en cinco ocasiones en la revista Crítica de la Universidad Autónoma de Puebla. Él es egresado de la carrera de Economía de la Universidad Autónoma de Puebla y de los talleres impartidos por Alejandro Meneses en la SOGEM–Puebla. En mi humilde opinión, es uno de los mejores escritores jóvenes, narrador que se ha hecho presente, además de en Crítica, en los suplementos culturales de periódicos como Intolerancia, Cambio y Síntesis, y en la antología “De párvulas bocas”.
Luego, sobre la vieja forma de vivir la literatura, “bohemia” o de una nueva forma “más razonada”, no creo que sea cuestión de generaciones. Es algo personal –con todo respeto, no veo que los integrantes de la generación de Alejandro Meneses estén muriendo también–. Alguien que tenga el gusto por escribir, o que se dedique a ello de tiempo completo, lo visualizará desde su punto de vista, ya sea bohemio, muy académico, abstemio, haciéndole caso más a los instintos que a los conocimientos que se puedan tener, sea de la generación que sea...
La muerte de Alejandro no es ningún símbolo, o una señal para el cambio de dirección de la literatura. Es un acontencimiento que nos tomó por sorpresa, que a quienes fuimos sus alumnos nos sigue doliendo y quisiéramos fuera ficción. Extrañamos al amigo, quien también, con el solo hecho de estar presente, en su departamento, en La Matraca, en quién sabe dónde, y hablo a título personal, daba una especie de seguridad al momento de estar estructurando un cuento.
Alejandro Meneses ES un excelente narrador. No siento que la fama o algún premio sean los indicadores de éxito, sino el ser constante, el vivir la literatura –vivir– y tener su propia manera de expresarse, de buscar dentro del alma, como Meneses lo hizo hasta el final.
3 comments:
Sin comentarios.
Éxito y profesionalización de la literatura son términos bastante peligrosos. Concuerdo con el comentario mi estimada.
De acuerdo, mi estimado. La litaretura es vivir, sentir, y hay tantas formas de sentir como personas, y me trvería a decir. como estados de ánimo. Además eso de medios de legitimación, ¿qué es? No sé, me sonó como algo legal.
Y vuelvo, escribir es sentir...
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